La boda de Rocío y Boro
22 septiembre, 2014
¡Buenos días y feliz lunes lluvioso! Aunque tengo que decirlo, para estar encerrada en una oficina trabajando, agradezco que no haga un día de esos que te recuerdan que podrías estar en la playa.
Este fin de semana ha sido muy especial para Jose. El sábado fue la boda de Rocío, una amiga de esas que te encuentras en la vida, de las que piensas en un primer encuentro que no pasará de «conocida», y acaba siendo imprescindible.
Hace años que Jose conoció a Rocío. Por si no tenéis el gusto, Rocío no tiene pelos en la lengua. Tan pronto como la conoces, no te queda ninguna duda de lo que piensa de ti. Aunque esto puede asustar, es justo ahí donde reside unos de sus múltiples encantos. Si hay algo que consigues con ella, es una amistad de verdad. Sin rodeos, sin tapujos, Rocío se muestra desde el primer momento tal y como es, y esto, como me comenta Jose, engancha.
Así que ya os podéis imaginar como ha sido trabajar con ella. Aunque os puede parecer que a un creador como Jose le pueden dar miedo las criticas tan directas, es todo lo contrario. Adornar la cabeza de Rocío para el día mas importante de su vida, ha sido más que fácil.
Jose tuvo el gran honor de poder asistir a una prueba del vestido de Rocío, y cuando salió tenía claro una cosa: si Rocío había dicho que sí, si Rocío había elegido esa corona, era porque estaba realmente contenta con ella. Palabras de Jose: me quede con la tranquilidad de saber que estaba haciendo lo que Rocío quería y a Rocío le gustaba. Estaba realmente satisfecho.
Y el sábado llego el gran día. Boro, esperando a Rocío en el altar, comienza a cantar la soprano, y aparece Rocío, del brazo de su padre, realmente emocionada. Guapa es poco (de esto no nos cabía ninguna duda, Rocío es todo estilo). La palabra es radiante. Radiante de belleza y radiante de felicidad, aunque suene cursi. Las lágrimas le caían a la novia y al 99% de los invitados al mirarla. Era el comienzo perfecto para un día realmente bonito.
Una vez casados, la ceremonia terminó con la salve rociera, lo que no era más que un aperitivo andaluz de lo que venía luego. Como dato, os diré que Jose y Rocío iban juntos a clases de sevillanas hace algunos años. Rocío mucho arte digamos que no tenía. Así que unos minutos antes del baile de los novios, Jose, con un tono un tanto burlesco, le preguntó a Rocío si tenía pensado bailar sevillanas. No necesitaba respuesta, era obvio que no.
Imaginaros la cara que se le quedó a Jose cuando empezaron a sonar las primeras notas de una sevillanas y Rocío y Boro se lanzaron a bailar con un arte… Impresionante! Tal y como dijo Rocío tras el baile, mucho tendrán que ensayar Jose y su mujer para llegar a su altura.
En resumen, una boda bonita, llena de amor, una novia espectacular y encantadora como sólo ella sabe, y una corona dorada que no se podía lucir mejor.
Un saludo, Tousette.
La Moleskine de Jose: Rocío, ¿qué te puedo decir?. Eres auténtica en todo lo que haces, y no ibas a ser menos el día de tu boda. Admiro tu estilo y valentía, y por supuesto, envidio tu arte y salero. Muchas gracias, has sido una modelo 10!!!